martes, 28 de febrero de 2012

De esencialistas y contextualistas

Quede claro que el Arte es una asignatura que ha sido despreciada e incluso olvidada en el curriculum escolar. Desde que eramos pequeños, el arte no ha sido más que "un par de horas semanales en plastica y otro par en música" en las que no aprendiamos sobre arte, sino a tocar la flauta y a hacer dibujitos sobre cualquier chorrada. Sin embargo, el ARTE en mayúsculas es otro concepto, una educación en arte podría permitir a los alumnos desarrollarse íntegramente como personas, apreciando de otro modo las cosas que ven y adquiriendo nuevas herramientas que les permitan analizar sus problemas desde distintas perspectivas y a adentrarse en su contexto cultural desde obras auténticas y no sólo los libros de texto, como hasta ahora se ha venido haciendo. Sin embargo, los centros todavía no actúan así, y esto nos lleva a volver al principio de esta triste historia: el arte está despreciado. Pero, como futuros profesores ¿Podremos hacer algo para cortar este circulo vicioso? Cabe decir que en nuestras manos está enseñar a las futuras generaciones desde la educación reglada, y que en un futuro nosotros deberemos ser los valientes que se enbarquen en este arduo proyecto o perezcan emulando a los antiguos profesores que les educaron. Esta situación, que nos permitiría un interminable debate, enmarca la cuestión principal de esta entrada: las perspectivas en la enseñanza del arte.

En un primer lugar, podemos decir que, en contraposición a la ciencia que es un saber técnico y estructurado, el arte es un conocimiento complejo, lleno de metaforas que no se pueden entender a simple vista, pero que nos permiten una interpretación personal por nuestro contexto cultural como podemos observar en este ejemplo:

Vladimir Kush - Departure of Winged Ship



En este cuadro vemos un barco alado y gente en el islote que clava banderas en el suelo, lo que podría simbolizar el triunfo del hombre sobre la naturaleza que queda relegada a desaparecer de los dominios del hombre.

Frente a esta interpretación personal podriamos ver la interpretación de una persona con otro contexto que diría que el barco es un regalo del hombre hacia el mundo y que en el contiene los bienes naturales que el hombre a podido conseguir representados en las mariposas de las velas del barco.

Es por esto por lo que podemos afirmar que las obras de arte las trabajamos no solo desde el mundo real sino que también entra en juego nuestro mundo cultural.

Desde aquí podemos observar las distintas teorías que nos dejan ver distintas maneras de incluir arte en el currículum y mejorar la actual manera de enseñar el arte. Estas teorías son la esencialista y la contextualista.

A grandes rasgos, la teoría esencialista propone enseñar lo que hace único al arte e incluirlo en el currículum para así permitir una transmisión del conocimiento, por lo que los profesores ideales para ese enfoque serían catedráticos de historia del arte o directamente artistas.

Por el contrario, el enfoque estructuralista propone partir de las necesidades del alumnado y a partir de este formar el currículum para a través del arte lograr una transmisión de valores. Esta teoría permite que a través del arte se expliquen contenidos de otras asignaturas desde diferentes perspectivas a través del arte.

A partir del texto "por qué enseñar arte" y añadiendo parte del texto de "Arte, mente y cerebro" creo llegar a la conclusión de que el entorno y el contexto social son muy necesarias para el correcto desarrollo de las capacidades artísticas, por lo que, desde mi punto de vista, sería mucho más útil una metodología desde el enfoque estructuralista, conectar con los valores y las emociones del alumnado, de este modo mejoraríamos su autoestima y permitiríamos que ellos mísmos busquen una retroalimentación viendo distintas obras de arte en los museos o internet, y que incluso se deleiten con las portadas de sus videojuegos, cómics o libros favoritos, siendo capaces de verlo como arte.

Una evaluación de necesidades nos puede llevar a una educación mejor en este aspecto, ya que la enseñanza del arte no se puede dar sin conocer las necesidades, y creo que una buena evaluación de necesidades aumentaría la motivación de los niños y su autoestima, sintiéndose seguros para continuar avanzando en sus estudios.

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